Hola,
¡¡Ya estoy de vuelta!!
¿Qué tal fue el verano? ¿Dónde habéis estado? ¿Qué habéis hecho? ¿Qué es lo mejor que habéis comido?
Yo estuve unos días en Portugal, visitando las desiertas playas de Comporta (por mucho que Instagram se empeñe en decir lo contrario con tantas fotos geolocalizadas por allí) e hice una escapada de fin de semana a Ginebra, a en Suiza, cambiando el agua salada por la dulce del lago, las dunas por la montaña y las paellas por la fondue. También pasé unos días de auténticas vacaciones, de esas en las que no haces nada y después lo pasas a limpio, en las que realmente descansé de todo. Pensé, paseé, me bañé, dormí siestas, comí, abracé, me dejé abrazar y repetí. Tengo muchas ganas de contároslo todo.
Ahora toca la vuelta, las agendas nuevas, las noches de brisita soportable y los días de sol agradable del que ya no calienta. La luz más bonita del año. Los nuevos propósitos. Las ganas. La ilusión de todo lo nuevo que está por acontecer. La pena del verano que dejamos atrás con sus aventuras y sus caras morenas y sonrientes. Me preguntaba hoy por qué nos gusta tanto el verano, por qué se trata de una estación tan catártica, tan gratificante. ¿Qué droga lleva el verano que nos genera tanto mono el resto del año?
Supongo que se trata, como tantas otras veces, de una cuestión de tiempo; porque durante el verano volvemos a pasar al aire libre días más largos, reducimos nuestra lista de responsabilidades y disfrutamos el momento. Y al final todo, se reduce a eso último, a estar presentes, conectados con lo que sentimos: los chapuzones fríos, el olor a crema solar, las distintas arenas bajo los pies descalzos, el gradual cambio de color de nuestra piel desnuda, las noches frías. Dudo que en ninguna época del año nos toquemos tanto y seamos tan conscientes del cuerpo que nos contiene y de cómo este se relaciona con el medio. Amaneceres, atardeceres, frío, calor, espacio para pensar, bailes, días largos, noches largas, permiso para viajar, para trasnochar. Permiso para recordar los veranos que pasabas de niño en familia, con amigos, con amores… Permiso para volver a serlo, aunque sólo sea unos días, en verano.
Espero que hayáis disfrutado muchísimo. 🙂