New in the jukebox
“Con resistencia, conquistamos“. Ese era el lema del escudo de armas de la familia Shackleton. Familia que engendraría al mayor aventurero de todos los tiempos que entre otros locos ilustres, decidió llegar hasta donde el ser humano no había llegado nunca y atravesar en trineo la Antártida, en la que se convertiría en la expedición más famosa de todos los tiempos y no porque lo consiguieran. Al poco de llegar al basto continente antártico su nave, el Endurance, quedó atrapada en el hielo.
Su proeza no fue la que él se imaginaba sino mucho mayor. Gracias a sus aptitudes y a su profundo liderazgo, consiguió que no sólo él, si no todos sus hombres sobrevivieran a dos inviernos antárticos, aislados en las condiciones más extremas de nuestro planeta. En 1914. En mil, novecientos, catorce.
Para mantener la moral, Shackleton obligaba a su tripulación a reunirse siempre en la sala común del barco. Conseguía con esto evitar que la soledad o la desesperanza se apoderara de los pensamientos más sombríos y destructores en sus hombres. Les hacía cantar canciones, jugaban a deportes de equipo y cuidaban a los perros como si fueran personas. Y después de esta experiencia que para muchos pudiera ser traumática, Shackleton volvió, incansable, al continente blanco que se lo quitó y se lo dio todo. “By endurance we conquer“.
Supongo que si habéis llegado hasta aquí ya os habréis hecho una idea de que esta es una de mis hazañas favoritas del universo. Conocí la historia de Shackleton por primera vez cuando tenía 12 años y aburrida un verano, leí Atrapados en el Hielo sin saber que sería uno de esos libros que marcarían mi vida. Muchas veces me acuerdo de los grandes exploradores de antes, que sin la mitad de medios que hay ahora (sin goretex, ni gps, ni nada) se lanzaban a descubrir lo desconocido, arriesgando su vida por la ciencia y la Humanidad. Dicen que el ser humano se caracteriza en el reino animal por querer conquistar lo que desconoce. Quizá esto no nos garantice la supervivencia a la larga pero es a la vez, lo que nos ha hecho tan grandes. ¿Qué ha sido de ese sentimiento hoy en día?
No se me ocurre una historia más épica que contar a los niños y resulta que ahora hay un libro que narra toda historia de Shackleton, su tripulación, sus perros y el Endurance con ilustraciones preciosas que dan que pensar, que son una historia real y que con suerte encenderán esa llamita de curiosidad que todo el mundo debería tener. Esas ganas de conquistar lo desconocido.
Está, además, en español y en inglés. Yo lo tengo y es un libro precioso y una historia inmejorable que no os puedo recomendar lo suficiente. 🙂