New in the jukebox
En 2010 me diagnosticaron celiaquía y desde entonces no he vuelto a tomar ni una sola miga de gluten. Todo empezó porque cuando estuve viviendo en Boston durante 6 meses empecé a encontrarme mal. Hasta entonces yo nunca había sido de comer mucho y había muchas cosas que me sentaban mal pero nunca les había dado importancia… pero allí supongo que por una sobreexposición al gluten en mi dieta o porque pasaba un momento personal complicado, mis digestiones empezaron a ser un desastre: me encontraba fatal, me daban cortes de digestión muy a menudo y tuve una anemia terrible que no se me iba con nada y me hacía estar cansada y más tristona.
Así que volví a España y después de un rapapolvo de mi madre por no haberla avisado antes y una endoscopia descubrieron que era celiaca y desde ese día dejé de tomar gluten. He de confesar que no es tarea fácil después de una vida entera de bocatas y pizzas, galletas y cruasanes, pero a todo se acostumbra uno y más cuando la salud está en juego! Aquí van algunos de los consejos que yo he ido aprendiendo con el tiempo…
1. Ser celiaco no es estar enfermo. Uno tiene una enfermedad hasta que se lo detectan y después sólo sigue una dieta. Con esto quiero decir que no hay que volverse locos ni sentirse desgraciados, que esto no es nada y podría ser muchísimo peor! Tómatelo como un reto personal, como la oportunidad de sacar esa fuerza de voluntad que no sabías ni que tenías. Después te aseguro que te vas a encontrar TAN BIEN que no vas a querer comer gluten jamás.
2. Esto es para siempre. ¿Un truco para no pecar? Quizá hoy te saltes a la torera a tu estómago y a tu internista y te pimples una croqueta pero si lo piensas fríamente, esto es para siempre. Aunque te tomes una hoy, seguirá siendo un alimento prohibido mañana y todos los días después de ese. Porque una croqueta hoy no te va a curar y aunque parezca mentira, pensar que en realidad es algo que no es que no puedas tomar hoy, sino que en realidad no lo vas a poder tomar nunca, te da fuerzas para no hacerlo. Además otro pensamiento que me da fuerza aunque suene muy fuerte, es que la exposición al gluten de un celiaco puede tener diferentes consecuencias super chungas: desde cáncer de estómago, hasta esterilidad (temporal, creo) pero aún así, cuando me entran muchísimas ganas de tomarme una pizza pienso: ¿esto… o tener hijos en el futuro? Funciona
3. Tinto de verano todo el año. Se acabó la cañita pero siempre nos quedará el tinto de verano y si no uno se pasa al copazo directamente y tan contento.
4. Sólo son migas. Los celiacos debemos llevar cuidado con lo que comemos y también con lo que ha estado al lado de los alimentos que comemos, ya hay contaminación cruzada (si la ensalada lleva picos ya no vale! Quitarlos y comértela es trampa!). Pero, dicho esto, mi consejo sería no obsesionarse demasiado con el tema. Hay que evitar la contaminación, sí, pero también hay que disfrutar y socializar y salir a cenar como cualquier hijo de vecino. Para mí hay que llevar la celiaquía con naturalidad, si justo caen unas miguitas mínimas en tu plato cuando tus amigos se pasaban el pan piensa que son sólo eso… miguitas.
5. La mejor forma de romper el hielo. Esto no falla, allá a donde vayas, en el momento en el que cuentas que eres celiaca tienes tema de conversación para los próximos diez minutos. Personalmente a mí esto me encanta porque te salva de todos esos primeros momentos incómodos en bodas, cenas de amigos de amigos y otros eventos en los que no sabes que decir. La conversación suele ser siempre casi idéntica y la cosa suele ir de la siguiente forma:
¿Cuándo te lo descubrieron? ¿Eres desde siempre? –
Aaah, bueno, pero ahora con Mercadona tienes de todo. –
Es que la hija del dueño es celiaca… –
Uy, pues yo tengo las digestiones fatal igual soy celiaco/a, debería hacerme las pruebas… (y la próxima vez que os encontréis verás a ese mismo hipocondriaco de turno que puebla todas las mesas del plantea, comiéndose una pizza como si tal cosa, burlándose sin darse cuenta de tu triste filete sin salsa… otra vez).
6. Estudia. Al principio cuando te dicen que eres celiaco estas perdidísimo, sobre qué es exactamente lo que tienes, qué es lo que puedes comer, qué diablos es el gluten… Por eso, mi consejo como celiaca es que te apuntes al menos durante un año a la asociación de celiacos de tu comunidad porque para empezar dan unas charlas de dos días en las que te resuelven dudas, te explican qué es exactamente y qué es lo que afecta, qué rutinas debe variar tu familia para que te sientas como uno más y sobre todo, cómo mantenerlo a raya.
También te recomiendo que te estudies bien qué alimentos y bebidas puedes tomar y cuáles no. Así tienes casi todo el trabajo hecho porque una vez que sabes qué lleva gluten, qué podría llevarlo y qué no ya lo haces automático en cualquier situación. También si eres de tu asociación te mandan un libro a casa con todas las marcas de productos que están certificadas como productos sin gluten. Sobre todo al principio que estás más perdido que un pato en un garaje, es utilísimo!
Otra cosilla que me parece clave, es hacerse análisis anuales para asegurarte de que lo estás haciendo bien y que no tienes anemia y que estás como una pera. Visitar a tu médico es clave para que te de pautas y te diga cómo estás progresando.
7. Volverás a amar la comida. Yo he pasado de comer para vivir a vivir para comer. No os puedo explicar la cantidad de sabores que he descubierto a raíz de sentirme mejor, cómo disfruto ahora las comidas y cómo valoro los alimentos buenos y saludables, aquellos que no vienen de fábrica y no han sido manufacturados. Al final, es una oportunidad buenísima para comer más sano y sentirse mejor por necesidad y de verdad de una vez por todas.
Como dirían en Españoles por el mundo, ¿volverás al gluten? Mi respuesta es un sincero y feliz NO. La celiaquía ha terminado cambiándome la vida a mejor porque he descubierto la felicidad de comer y ha mejorado mi salud que eso vale oro. No echo de menos el gluten porque además ahora hay alternativas gluten free de casi todo. A veces, lo que al principio nos parece una maldición, acaba siendo una bendición y una oportunidad para cambiar a mejor.
Nota: esto son sólo mis opiniones personales sobre lo que a mí me funciona y me motiva con la celiaquía. En ningún caso mi opinión es experta ni pretende contradecir a médicos o especialistas! Ante cualquier duda, mi recomendación es siempre consultar a tu internista o a tu asociación para obtener una opinión especializada y hacer así lo que más se adapte a tus necesidades personales.p.d: los que son para mi los
mejores sitios de Madrid sin gluten.
p.d 2: un salmón noruego
se ha colado en las páginas del periódico Expansión, si lo encuentras puedes ganar un viaje a Noruega gratis (¡¡!!). Y viajar es una oportunidad que nunca se debe dejar pasar… 😉
Una pista!