A día de hoy, hablar de series es cultura general; es como saber de fútbol o de tenis, te sirve para iniciar conversaciones con desconocidos y tender puentes entre gente que no tiene nada que ver. Las series son las nuevas películas, ahora los referentes culturales están aquí y, como siempre, hay de todo: de culto, bueno, malo y regular. Hoy os dejo algunas de mis favoritas y espero, con muchas ganas, escuchar las vuestras:
Cultura
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Series en tiempos de confinamiento
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Libros en tiempos de confinamiento
Pocas cosas hay más placenteras que devorar un libro. Leer y leer y leer sin parar, querer saber más, saberlo todo y cuando estás llegando al final, racionar las páginas para que no se acabe tan rápido porque te da pena no saber cómo sigue después de la palabra fin. Pensar en los personajes como si fueran amigos o familiares incluso cuando no estás leyendo y a veces, sorprenderte poniendo el mismo tono y estilo en tu pensamiento que en la narración del libro… ¿Os ha pasado alguna vez?
Hoy os traigo algunos de mis libros favoritos de todos los tiempos. Los que están en mi estantería, los que recuerdo con un cariño muy especial y sobre todo, los que fueron una lectura amena, rápida, agradable y memorable, una lectura donde las horas pasaban volando. Así que, sin ninguna pretensión cultural, si no solo de puro entretenimiento, os paso algunos de mis libros favoritos para leer estos días en los que necesitamos tan desesperadamente viajar con la mente.
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¿Qué estáis leyendo ahora mismo?
Me encantaría saber. ¿Qué libros estáis leyendo ahora mismo? Yo estoy con La insportable levedad del ser y, aunque me está gustando, echo de menos engancharme profundamente a una lectura, tener entre mis manos algo realmente bueno. Antes de este, leí el fantástico Sapiens, con el que siempre aprendí algo y antes de ese, la crónica contemporánea de las banalidades que nos han tocado vivir de la mano de Javier Aznar con su libro Dónde vamos a bailar esta noche, siempre ocurrente y divertido. En mi cola están El elogio de la sombra, El olvido que seremos, retomar Middlesex que por algún misterio dejé a la mitad hace unos años y el clasiquísimo 1984. Pero siempre me gusta preguntaros porque siempre me recomendáis bien.
¿Os habéis enganchado a algo bueno últimamente? ¿Cuál es vuestro libro favorito? El mío es este.
Foto superior de Bookshop Auckland.
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Por qué emociona Lalaland
Lalaland levanta ampollas entre mi grupo de amigos. Que se trata de un peliculón musical híper emocionante es un hecho en el que todos coincidimos pero es en el final en el que se nos pone la piel de gallina y los nervios de punta. Entre batallas sobre su significado se escuchan breves silencios de individuos aislados que se trasladan a su propia historia… ¿cuál es el verdadero mensaje?
Para mí, Lalaland habla de las decisiones que tomamos. Las renuncias que nos hacen quienes somos, habla de amor. No amor del simple, del obvio, del “te quiero y tú a mí y todo bien”, habla del amor generoso, el de la renuncia, el que no quiere cambiar al otro. El amor que hace crecer a la pareja y que trasciende a uno mismo buscando genuinamente que el otro sea feliz. Hay un tipo de amor, oculto bajo muchas capas del amor de libro, que se activa sólo con determinadas personas que realmente remueven lo más profundo de nosotros. Un amor que, pese a lo vivido y todo lo sentido, entiende que es hora de dejar ir. Como en todo, los sentimientos vienen también en pareja. Todo amor viene siempre acompañado de su dosis equitativa de egoísmo, que es el pegamento que nos hace retener a una persona porque la queremos para nosotros mismos o el repelente que nos permite dejarla marchar para seguir adelante con nuestros propios sueños, como si entendiéramos a nivel celular, que a donde ellos quieren ir, nosotros no podemos o no queremos seguirles. Ella se va a París, él se queda en Hollywood abriendo su bar de jazz, ambos se desean suerte al hacer aquello que siempre quisieron. Una trama cliché hasta cierto punto, PERO:
Aquí es donde empieza lo mejor de la película: la tensión. Empieza la magia, se te pone la piel de gallina. Ella entra en el bar de él, años más tarde. Ve el logo que ella le diseñó, entendemos rápidamente que cumplió su sueño, se ven en la distancia, se cruzan miradas, sobrecogidos; más tensión. Ella se sienta, ese foco directo a las manos de él al piano, esas primeras notas de su canción que es casi un lamento, un llanto. Por cumplir un sueño renunció a otro. Los espectadores entendemos que la está llamando y entonces, empiezan a imaginar todo lo que pudo haber sido, la felicidad que podrían haber compartido, todo lo que podrían haber conseguido juntos. Si sólo hubieran reaccionado de otra forma, si las cosas hubieran sido de otra manera… La tensión se aplaca con música más liviana dejando resbalar las lágrimas del espectador. Número de jazz, Broadway, baile. Comprendes cuánto se echan de menos y quizá en ese momento ya no estés pensando en ellos y estés pensando en ti, en tu historia, en todo lo que pudo haber sido. Ya no estás allí.
Y sin embargo.
Aquello que elegiste te hizo tan feliz, como pudo haberlo hecho aquel que ahora echas de menos. La película anuncia que no hay un sólo camino para nosotros, habla de los multi-universos y de cómo escogemos con cada decisión, nuestra propia aventura. Es la magia de esa tensión generada, esa capacidad que tiene el cine de transformar mensajes complejos en historias sencillas entendibles por cualquiera, hasta el punto de cambiarle o removerle. Una película que entre bailes pone de manifiesto que no siempre nos quedamos con la persona que más nos enseñó, la que más nos quiso o la que más creyó en nosotros. Que muchas veces estos individuos tenían misiones fugaces de convertirte en quien eres para luego vivir exclusivamente en tu recuerdo. Se deconstruye el mito de que nuestra pareja lo tiene que ser todo: la que nos lo ha dado todo, la que más nos quiere, la que nos completa. Estamos hechos de muchas personas.
Sólo cuando él toca el piano, en ese encuentro casual, revives por una fracción de segundo la intensidad de lo querido y piensas en todo aquello que pudo haber sido, en tu propio final alternativo. Sólo una fracción de segundo… antes de volver a tu asiento, mirar a un lado y recordar que no lo hiciste tan mal después de todo.
Si sólo las decisiones que tomamos en la vida real fueran acompañadas de números musicales…
Entonces todo sería perfecto.
Por las películas que nos siguen haciendo soñar.
June
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Los cinco mejores libros de autoayuda
¿Qué tal habéis empezado el año? Imagino que con un montón de ideas en la cabeza, promesas y planes; a mí me ha pasado lo mismo.
Aunque considero que cualquier momento es bueno para lanzarse a cambiar y mejorar, la llegada del nuevo año sí ha traído consigo algunas nuevas convicciones y propósitos que de verdad quiero poner en práctica. Pensando en ello estaba cuando me puse a repasar mentalmente todos aquellos que a lo largo de los años sí había cumplido en vez de bromear, como solemos hacer en estas fechas, sobre todos los que nunca cumplí (empecemos positivamente el año!). Descubrí en este repaso que muchos de ellos los había logrado gracias a un tipo concreto de libro proscrito, mal visto en la sociedad y que en general, nos obligan a forrarnos las portadas para no morir de vergüenza en el metro: ¡los libros de autoayuda!
Empecemos porque la palabra autoayuda suena fatal ya que contiene la palabra ayuda que implica que tienes un problema (y ¡¡¿qué hay más vergonzoso que eso?!!) La sociedad española, en general, condena socialmente los errores y los clasifica como fracaso. Si estás leyendo un libro de autoayuda es porque no sabes encontrar tú sólo la respuesta y eso es de fracasado. ¡Como si no les hubiera pasado nunca! ¡Como si nadie se hubiera equivocado! Con lo que se aprende… En fin, así nos va. Para algunos, para la gente, queda como… Desesperado. ¡Y nada más lejos de la realidad! Yo soy una súper fan de los libros de auto-ayuda porque, pese a su nombre, me han aportado, me han ayudado y me han convencido para cambiar hábitos que han hecho que pueda vivir mejor de una forma muy sencilla y eficaz. Y me juego lo que queráis a que no soy la única! Los libros de autoayuda son de valientes y no de fracasados. Dicen del que los lee que busca conocerse mejor, que ha tenido la suficiente humildad para admitir que no lo sabe todo, y que tiene inquietud por conocer alternativas más eficaces y saludables que las que ha aprendido como buenamente ha podido a lo largo de los años para mejorar.
Así que, puesto que estamos empezando el año y tenemos 365 días para ser la mejor versión de nosotros mismos, aquí os dejo los cinco libros de “auto-ayuda” que a mí realmente me han cambiado (en algún aspecto) la vida, porque los hay y porque se puede.
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Lo que me llevaría a una isla desierta
Las vacaciones se acercan peligrosamente y yo ya sólo puedo pensar en arena, playa, los paseos, la familia, los helados y los libros que me voy a leer para recargar las pilas antes de volver al ruedo…
Un libro: me llevo de vacaciones Open, la biografía del tenista André Agassi escrita por un premio Pulitzer. Todo el mundo dice que es buenísimo, lo dice Cris, que tan acertadamente recomienda siempre. Me llevo también 84 Charing Cross, recomendado por vosotros aquí, al aclamado Stefan Zweig con Momentos Estelares de la Humanidad y continúo con Un mal nombre que es mezquino y turbio e imposible de dejar. Con mi ebook hasta el fin del mundo, of course.
Traje de Baño de Saint Patton, foto de Pilar Hormaechea
Un objeto: los trajes de baño para chicos de Saint Patton, hechos 100% en España con una poliamida de secado extra rápido y ligero, el mismo material con el que se hacen las velas de barco y con unos estampados divertidos sin ser cantosos. Un traje de baño que durará años y que además es muy cercano a mi simpatía porque conozco personalmente el cariño, la dedicación y el esmero de quien los realiza.
Hotel Cabanas no Rio en Comporta
Un lugar: Comporta, unas playas kilométricas cercanas a Lisboa donde perderme durante unos días en la naturaleza sin mucho que hacer. Tengo necesidad de vacaciones y de reconexión, sin prisa. Eso sí, antes pasaré por Lisboa dos días y estoy abierta a todo tipo de recomendaciones de restaurantes, locales de lado y cosas que no me deba perder, siempre me sorprendéis.
Foto de Fashion Me Now
Una canción: vais a flipar, pero me ha dado por Chavela Vargas, las rancheras y los discos de Julio Iglesias en italiano y francés. En la boda que tuve en Sicilia sonaron tres canciones suyas y en el Líbano, el año pasado, lo escuchaba en la radio. Es atemporal, es divertido y es un clasicazo inmejorable para las siestas con brisa de verano, que baje dios y lo vea.
Un propósito, porque agosto es mi nuevo enero: hacer balance de lo que ha pasado durante este año (si me dicen hace un año que ahora estaría donde estoy, no me lo creería y además pensaría que soy una suertuda, así que este año vamos bien). Pensaré donde me imagino en un año, qué cosas mejorar, qué lugares explorar, qué hobbies cultivar y procuraré entre todo esto, no pensar, que para eso estoy de vacaciones.
¿Qué te llevarías tú a una isla desierta? ¿A qué isla te irías?
p.d: muchísimos pots sobre el verano para recordar.