¡Casi no he contado nada del día en que me casé por aquí! Y hoy justo hace un año del día más feliz de mi vida, así que no se me ocurre momento mejor para compartirlo aquí y recordar cómo me sentí entonces y cómo me siento hoy, un año después del principio, viéndolo, ahora, al final de tantas cosas.
Bodas
-
El día que me casé
Sigue leyendo2 comentarios -
Noticias
Espero que hayáis pasado un gran verano y que la vuelta a la rutina no esté siendo muy dura. Por mi parte, ha sido un verano muy completo, tranquilo y divertido, lleno de sol. Pero hoy no vengo aquí por eso, vengo a compartir una gran gran noticia que y es que… ¡me caso! Será el próximo verano y estoy muy ilusionada empezando a pensar en todos los detalles y los momentos especiales de ese día.
Lo cuento por aquí porque, este espacio está pensado para compartir las pequeñas grandes cosas de la vida y para mí, esta es una de ellas. Tantas veces he compartido aquí mis noticias y también mis reflexiones sobre estar soltero y sobre el amor y también sobre el desamor. Este no deja de ser un paso más en la vida pero también un broche a un montón de sentimientos y relaciones atesoradas durante todos estos años. Muchísimas vivencias que ahora se concentran en una nueva aventura, en una persona que es mi favorita de entre todas, mi mejor casualidad.
Iré contando aquellas cosas interesantes que descubra en el camino de la preparación de una boda a nivel práctico pero también sentimental.
¡Espero que cojáis con mucha fuerza la rentrée!
Un abrazo,
June
-
Regalos asequibles para amigas embarazadas
Si algo he comentado con todas mis amigas estas Navidades sin excepción, es lo mayores que nos hemos hecho. El patrón es el siguiente: la conversación comienza con una breve actualización en titulares sobre nuestras vidas, a medida que fluye el tinto nos repasamos también las novedades de nuestras amigas más directas e irremediablemente desde hace un par de años, acabamos siempre en el mismo punto: bodas, bebés.
Todavía me parece que fue ayer cuando teníamos quince años y cuchicheábamos sobre aquella compañera de colegio de nuestra hermana que se había quedado embarazada y flipábamos. También me acuerdo cuando, al terminar la uni, hablábamos sobre las amigas se casaban con sus novios recién estrenada la veintena escasa y flipábamos. Nos imaginábamos la nuestra quizá con alguien que aún ni habíamos conocido. Ahora de ese candor ya queda poco. Cuando comentamos que se casa una amiga, la que lo ve factible en su vida le hace preguntas tácticas como ¿qué tal el cátering?, ¿Qué fue lo mejor, qué cambiarías? ¿Qué dj escogiste? Mientras, el resto directamente pasa del tema hablando tranquilamente de otras galaxias paralelas en las que las bodas ni están ni se las espera. Es ley de vida. Pura supervivencia.
Pero aún hay más. Si sólo fueran bodas. Ahora, hay bebés. Cada vez más. Y claro, hacemos lo que llevamos haciendo juntas desde que nos conocimos con braquets y falda de tablas: flipamos. Y a la vez fingimos que somos mayores y que no nos impacta y nos alegramos y fantaseamos como las niñas que somos y fuimos mientras esperamos que, para el momento en que tu amiga te lo ponga en brazos (a su hijo, cuando hace cinco minutos estabais jugando con muñecos), te parezca lo más normal.
Y esto te lleva a un nuevo dilema económico y social. Si ya hablamos de los regalos de boda, ahora vienen los regalos para bebés, que son una nueva liga a parte. Como yo ya me he visto en estas un par de veces (and counting) os adelanto un poco de sabiduría compartida: regalar algo especial y bonito para bebés sin arruinarse es posible. Puedes encontrar cosas monísimas de ropa para bebé en Gocco como este peto escocés.
Lo cierto es que me encanta la ropita de bebé y los bebés en sí y aunque es un mundo del que aún no tengo ni idea y me fascina y asusta a partes iguales, me alegro de crecer y seguir flipando con mis amigas sobre todas aventuras que nos va trayendo la vida.
Y las que nos quedan.
****
Foto superior de Gocco.
Post en colaboración con Gocco.
-
¿Cuál fue tu regalo de boda favorito?
Me hago mayor. Cada poco tiempo recibo la insistente llamada de una amiga de siempre que me confiesa sin contenerse que se casa en unos meses. Mi alegría al felicitarlas es genuina. Las adoro. Me gustan sus novios y deseo profundamente que sean felices, quiero para ellas lo mejor. Me emociona sinceramente esta etapa nueva en la que estamos entrando a cuenta gotas. Tanto me alegro, que mis reflexiones sobre bodas han alcanzado cotas inexploradas y me encuentro, cada vez más a menudo, enredada en pensamientos sobre el sentido de La Unión, desgranando hasta el origen el simbolismo que acompaña a esta fiesta mística.
Como en todas las tribus sociales del mundo; nosotros, los españoles, tenemos también ese código de reglas no escritas que de todos son sabidas y me traen por el camino de la amargura. La parte concreta que ocupa mis pensamientos distraídos en las infinitas horas de bus que pueblan mi vida es aquella de los regalos de boda. En los tiempos modernos, el verdadero sentido de la contribución de los invitados a la creación del hogar de los cónyuges se ha perdido. Muchos viven juntos, otros ya lo tienen todo y para la gran mayoría, eso del regalo se ha convertido en una precaria forma de cubrir los costes del deficitario negocio en el que se ha acabado convirtiendo su unión matrimonial. Aquí es donde se plantea mi problema. Tengo buenísimas amigas a las que literalmente, paso de ingresarles dinero para un regalo ficticio en un dominio confeccionado para la ocasión. Soy una rebelde bodil. Me apetece algo más clásico, quiero enviarles un juego de copas a sus casas. Soy una nostálgica. Me gustaría que realmente el día de mañana miren esas flautas de champán de Christofle que usaron por última vez hace veinticinco (millones de) años y digan: ay, esto fue un regalo de mi boda.
Se ha perdido en cierto modo el sentido del regalo de boda. Ese objeto bueno y raro que no adquiere uno una tarde tonta de sábado en la que despelucha la Visa. Uno no se levanta un día pensando: me voy a autorregalar una cubitera con mis iniciales en serifa, que me apetece mucho. No. Queremos recibir regalos como esa pieza de mobiliario que grita por sus calidades y acabados: PARA TODA LA VIDA, COMO TU MATRIMONIO. En teoría al menos, que a eso hemos venido, ¿no? A casarnos para aguantarlo hasta el último día o al menos intentarlo a tope. Ahí está el tema. Aunque regale algo terrible y totalmente alejado del gusto de los novios, quiero que el objeto perdure en sus memorias como reflejo del tiempo pasado, incluso como anécdota. Regalemos recuerdos, al menos los que somos más allegados a los novios, al menos a aquellas personas que nos importan de verdad, las que sabemos que valorarán el gesto.
Me he propuesto a través de mis actos rescatar el verdadero, casposo y maravilloso sentido del regalo de boda. Por eso tengo una pregunta para ti que siempre arrojas luz en mis dudas más oscuras y me sacas la sonrisa con esos pedacitos de tu vida que a mí me hacen tan feliz porque veo unos instantes a través de tus ojos; cuando tú te casaste, ¿qué fue lo que más te gustó? ¿Qué te emocionó? ¿Qué te horrorizó de todo aquello que recibiste? Repasemos por un momento los tesoros que amasaste, dame ideas para revivir este arte perdido, esa capacidad de emocionar que no debió abandonarnos nunca. Siempre confío en ti.
Foto de Sean Money + Elisabeth Fay
p.d: ¿cuál es el regalo que más ilusión te ha hecho nunca? Vuestras respuestas en este post fueron preciosas también.
p.d 2: muchísimas gracias por todas las respuestas que está teniendo este post. Me ha encantado leer todos los detalles que habéis tenido con la gente a la que queréis o los que ellos tuvieron con vosotros y estoy cogiendo mil ideas, como regalar una medalla, partes de viajes increíbles o algo hecho a mano. Me hace mucha ilusión ver que no estoy sola en esto de emocionarse al regalar y de pensar en qué se han convertido las bodas últimamente.
-
SOMA LONDON
New in the jukebox
Fotos de Asos El otro día buscando vestidos en Asos encontré esta marca y me encantó! Se llama Soma London y son vestidos que me recuerdan a los de Laure de Sagazan y que me parecen la leche para sentirte recién sacada de un anuncio de Estrella Damm o incluso para casarte sin dejarte un dineral. ¿No son preciosos? El primero y el segundo me chiflan. ¿Quién dijo que todo en las bodas tuviera que ser carísimo? -
QUÉ PONERSE EN UNA BODA
New in the jukebox
Todas las fotos son de Les Tulipes Este año parece mentira pero… se empiezan a casar mis amigas (¡¡!!). Hace dos días estábamos sentadas en las escaleras del colegio al sol en los recreos y ahora de repente, nos casamos y tenemos novios y vivimos solas y trabajamos y todas esas cosas que siempre deseamos pero nunca creímos que llegarían. ¿Cuándo nos hicimos adultas?El problema más allá de la nostalgia y la desubicación vital en general, es que para asistir a todas esas bodas de las chicas de tu vida necesitas modelitos acorde y me acabo de dar cuenta a mis 25 años, que no tengo ninguno. Hasta ahora en las cuatro bodas en las que he estado, me he montado yo mis propios estilismos: una blusa bonita que me traje de un viaje, un pantalón que nadie diría que es de Zara y a correr tan contenta. Pero ahora que aumenta mi rango dentro de la boda (a veces testigo, ojo) y que se incrementa el número de festejos tengo que empezar a buscarme un vestido de esos que sólo te pones para estas ocasiones, estos que dicen por sí solos: “me importas y me he vestido así para honrarte”. Un vestido de BODA. Así que me he puesto a investigar durante unos días y uno de los que más me han gustado son los vestidos y pantalones de Les Tulipes!Es una marca artesanal hecha en Madrid de una chica llamada Bea que empezó en esto hace unos años y ahora va creciendo poco a poco con su negocio. Lo que más me gusta es que toda la ropa es muy favorecedora y las camisas y pantalones después las puedes usar para otros eventos o reuniones (o combinarlas en otras bodas, pero siempre negaré haberlo dicho) y así amortizas un poco más la inversión. Yo creo que en estas cosas, la versatilidad es la clave! Este vestido me encanta.¿Dónde compráis vosotras vestidos de boda para ser la invitada perfecta?Firmado: una desesperada. 😉p.d: ¿Qué celebramos? y muchas más cosas sobre el curioso mundo de las bodas.